GNONE, ELISABETTA
En un valle mágico y antiguo, escondido entre los pliegues de un tiempo inmortal, al abrigo de las mesetas, entre los altos acantilados y los bosques, se encuentra Fairy Oak, un pequeño pueblo encantado nacido alrededor de Roble, el gran árbol parlante al que debe su nombre.
Desde hace más de mil años, a la medianoche en punto, ocurre un hecho mágico en las casas de Fairy Oak: minúsculas hadas luminosas cuentan historias de niños a brujas de ojos buenos, emocionadas y atentas. Insólito, ¿verdad? Todo el mundo sabe que a las brujas no les gustan nada los niños. Pero estamos en el valle de Verdellano, en el pueblo de Fairy Oak, y aquí las cosas son desde siempre un poco distintas